Perdido en la traducción
Tenés un problema. Es un problema sencillo: tenés algo de dinero y querés ponerlo a trabajar. Puede que sea o no una gran cantidad de dinero para el banco, pero es -sin duda- una gran cantidad para vos. Aspirás dos cosas: que tu dinero esté a salvo y terminar con más del que empezaste. Así que vas a tu banco o visitás un corredor de bolsa. Alguien se te acerca sonriendo y te dice: "¿En que te puedo ayudar?" Hasta aquí todo bien.
Le explicás tu problema y esperás la ayuda que te prometió. En lugar de eso, empezás a escuchar palabras como riesgo, retorno, el mercado esto, el mercado aquello... Y si la persona que te atiende se entusiasma, salen los gráficos, tablas y hojas de datos del producto. Tu seguís sentado ahí. Los labios del Sr. Sonrisa se mueven. Llegás a reconocer algunas palabras pero no tenés idea de lo que está diciendo.
Así que ahora tenés otro problema. ¿Cómo le decís al Sr. Sonrisa que no entendiste nada? Bueno, al menos tenés una solución simple para ese problema. No decís una palabra. Después de todo, te convencés que el experto es él y el problema debés de ser vos. No sos lo suficientemente inteligente ni bien informado. Te sentís avergonzado y abrumado. Tal vez te sentís obligado a elegir uno de los productos ofrecidos y luego salís con dudas. En el mejor de los casos, le decís que vas a consultarlo con la almohada, te levantás y te vas. De cualquier manera, no estás más cerca de resolver el problema que tenías cuando entraste.
¿Te suena familiar? Entonces…. ¿qué hacés? ¿Aprender más, ser más inteligente, convertirte en un experto? Bueno, supongo que podés ir por ese camino si querés. Pero tengo malas noticias... ¡¡Estás en el lugar equivocado!!
Déjame decirte esto bien alto y bien claro:
PODÉS HACER QUE TU DINERO TRABAJE SIN SABER NADA DE INVERSIÓN.
Sólo tenés que abordar el problema de una manera diferente. En realidad, los seres humanos sabemos encarar problemas complejos cuando no somos expertos. No necesitás ser médico para operarte de la rodilla. Tampoco arquitecto, si vas a construir una casa. La sociedad humana está organizada sobre la premisa de que diferentes personas somos buenas en diferentes cosas. Trabajando juntos se consigue mucho. Cada uno de nosotros tiene un proceso interno que sigue para lograr de forma segura cosas que de ninguna manera las podría hacer por sí solo y que necesita indefectiblemente del otro para efectuarlas.
En este artículo mi objetivo es convencerte que el problema es mucho más sencillo de lo que pensás. Sólo necesitás pensar de forma diferente, desde otro punto de vista. Y para no quedarnos atascados en preconceptos voy a explicártelo usando una metáfora: invertir es como viajar en avión.
Podría haber usado otras metáforas como la cirugía o la construcción de una casa, pero usé esta por dos razones principales. Primero, casi todo el mundo ha volado alguna vez, así que todos sabemos de que se trata. Segundo, es totalmente intuitiva. No necesitas aprender nada nuevo.
Invertir es como viajar en avión
Cuando viajás en un avión confiás tu bienestar físico a personas que no conocés bien y a un proceso que no entendés en detalle. Pensalo. No tenés que convertirte en piloto ni aprender todo el lenguaje técnico de la aeronáutica. Todos aprendemos rápidamente los pasos que debemos seguir para viajar en avión, y lo hacemos bien.
Cuando invertís, confías tu bienestar financiero a personas que no conocés bien y a un proceso que no entendés en detalle. Sin embargo, la mayoría de las personas no logran invertir exitosamente. ¿Por qué? La razón es simple… cuando las personas suben a un avión, no intentan ser pilotos. Saben que son pasajeros. Todo lo que el pasajero aéreo tiene que hacer es tomar decisiones de pasajero. Nada más. Pero cuando invertís nadie te explica cómo ser pasajero, que es, a su vez, mucho más fácil que convertirte en piloto.
Así que eso es lo que voy a hacer. Enseñarte a ser un pasajero de inversiones competente. Y la buena noticia es que si seguís los mismos pasos que cuando viajás, estás a más de la mitad del camino. Sigamos caminando juntos y vas a ver cuán sencillo es.