Mi jubilación, Mi Problema
Cuando llegué a vivir al Uruguay en 1990 ya había problemas con el sistema jubilatorio. Por aquel entonces no prestábamos mucha atención al tema. En 1990, teníamos 30-35 años y mucho tiempo para pensar en la jubilación. Estábamos convencidos que el estado se iba a encargar y en 1998 se aprobó la gran reforma.
Así llegamos al 2020, tres décadas después y seguimos hablando del problema de la Seguridad Social. Ahora sí nos preocupa. Muchos de mis amigos están comenzando sus trámites jubilatorios, navegando entre las diferentes reglas del BPS, las AFAPs, y las diferentes cajas solo para darse cuenta de que las jubilaciones de hoy no les permitirán vivir con dignidad. Y las noticias se ponen peores. Se habla de una nueva reforma en el sistema y queda claro que no va a ser para aumentar las jubilaciones.
En mi actividad de docente, tengo la oportunidad de interactuar con mucha gente joven de 30- 40 años. Su actitud sobre la jubilación es similar a la que tenían mis amigos uruguayos cuando llegué al Uruguay. Lo sienten como un problema lejano, que hoy urgen otras cosas y ya habrá tiempo para pensar en la jubilación. De una forma u otra, tienen la certeza que el estado uruguayo lo va a resolver. “Es un problema de otros, no mío “, se dicen a sí mismos. Como si nada hubiera cambiado en todo este tiempo.
Hoy la realidad es otra.
La mala noticia es que el estado uruguayo no va a resolver este problema solo. No va a hacerlo porque no puede. En un artículo futuro, te voy a explicar el por qué. La realidad es que no hay suficiente dinero para asegurar una jubilación digna para todos. Si pensás depender solo del estado o de una caja jubilatoria, lo más probable es que vas a vivir muy mal cuando te jubiles.
Pero también hay una buena noticia: podés ser dueño de tu futuro financiero. Solo tenés que pensar diferente y actuar a tiempo. Soy norteamericana y nuestro sistema de seguridad social tiene los mismos problemas que el uruguayo. La diferencia es que los norteamericanos no vivimos bajo la ilusión de que vamos a vivir bien con la seguridad social y que el estado va a resolver todos nuestros problemas. Vemos la seguridad social como un suplemento, no como un sustento. Desde joven, aprendemos que debemos ahorrar e invertir. Hay muchos norteamericanos que no lo hacen, pero sabemos que es algo que debemos hacer.
En mi caso personal, siempre asumí que no iba a tener una jubilación asegurada. Mis primeros 10 años trabajé en los EEUU. Después cuando llegué a Uruguay aporté 10 años a la caja bancaria, y otros 20 años como docente y empresaria aportando a una AFAP. Sabía que no iba a tener los años para jubilarme y por eso nunca me preocupé mucho por eso. Con mi marido nos dimos cuenta que si queríamos vivir bien cuando nos jubiláramos, teníamos que ahorrar e invertir. No había otra. Después de 30 años de seguir mis propias recomendaciones, sé que un futuro digno sostenible es posible sin depender del estado.
Te invito a pensar diferente.
El paso más difícil siempre es el primero: darte cuenta de que tu jubilación es tu problema. La única persona que puede asegurarte un retiro digno sos vos. Tenés que tomar cartas en el asunto. Y no vas a resolver tu problema en un día. Así que cuanto más temprano empieces más fácil, te va a resultar. Si elegís tomar ese primer paso, te voy a estar esperando para guiarte el resto del camino.